Con frecuencia me preguntaba ¿cómo podría pasar este momento tan difícil de mi vida, sola?
Ahora puedo contar esta historia como algo superado y completamente sencillo, pero sé que no hubiera podido hacer todo eso sin la fuerza de Sofia. Decidí dejar de vivir con mi novio, pues rompimos un mes antes de que nuestra bebé naciera, cada vez teníamos más problemas, la desconfianza y los celos se apoderaban de nuestras ganas de formar una linda vida juntos.
En fin, ya los últimos meses de mi embarazo me sentía muy cansada, débil, sin embargo me mantenía fuerte por mis bebés, Alonso de 3 años y Sofia que estaba a un mes de nacer. El padre de ellos se encontraba en un club de aficionados a las motos, por las noches asistía a carreras de motos.
Ahorre dinero para poder contratar una mudanza y me encontré con el portal de mejores mudanzas, saque el precio de mi mudanza, a pesar de que no sabía que tantos muebles podía llevarme, pues algunos los había comprado él y otros entre los dos, la verdad es de que en ese momento lo único que pensaba era en la estancia en mi nueva casa, esa casa en donde ahora sólo iba a vivir con mis dos bebés.
Compre cajas de cartón para llevarme los juguetes, la ropa, lo demás eran muebles y cobijas, en ese momento no pensé en llevarme las cosas de la cocina, pues mi prisa por empacar era dominante, parecía que el tiempo corría más rápido.
El padre de mis hijos no tenía conocimiento de que me iría de la casa, así que decidí hablarles a los de la mudanza para que me ayudaran a mover los muebles y a subir todo a la camioneta, estaba tan asustada que uno de ellos se conmovió de la situación y se ofreció a ayudarme a acomodar mis muebles al llegar a la casa nueva.
Sabía que la tranquilidad estaría de vuelta justo cuando me encontrara en un nuevo hogar, fue un paso más a toda esta historia, un paso de fortaleza que me ayudo a continuar.
