A lo largo de nuestra vida estamos tan absortos en situaciones que desgastan, exigen y demandan tanto de nosotros, que a veces darnos un respiro, permitirnos tirar la toalla y reconectar se vuelven requisitos fundamentales no solo para relajarnos si no también para recuperarnos a nivel personal, profesional y espiritual. ¿Mudarse? Un cambio que nos proporcione un nuevo panorama.
Es entonces cuando la idea de un cambio de casa resulta tentadora, sin embargo debemos tener en cuenta que una decisión así representa en nuestra vida una determinación con peso que creará siempre un cambio revolucionario y por tanto debemos tratarla como tal.
Algunos de los beneficios al mudarnos de casa a nivel personal, son siempre aquellos que nos generen un cambio en la independización al mudarse, porque ya sea que es la primera vez que vives solo o la segunda o la tercera, la realidad es que cada cambio de casa que tenemos a lo largo de nuestra vida lo asumimos de forma diferente, según nuestras experiencias pasadas y la perspectiva que tengamos para el futuro. En este sentido, un cambio de casa exige un mayor esfuerzo por nuestra parte no solo de responsabilidad con pagos o con limpieza, también de compromiso hacia decisiones trascendentales que nos demostrarán el máximo de nuestras capacidades, para adaptarnos, autogobernarnos, y al mismo tiempo para consolidar una identidad, cada vez más estable.
Al planear una decisión así los puntos a prevenir son bastantes; entre ellos se encuentran la situación y la posibilidad de estabilidad económica que podemos tener a corto plazo, tener cubierta la preocupación de sostenernos por al menos tres meses ayudará a adaptarnos con mayor facilidad a la nueva casa; según sea el caso preparar algunos muebles y/o utensilios básicos, frecuentar previamente la zona para descubrir rutas, servicios básicos que se encuentren cerca, inclusive para conocer a los vecinos y el ambiente en el que se desarrollan.
Esperar el momento adecuado es crucial, en ocasiones el encontrarnos en situaciones sumamente demandantes nos acelera hacia la salida más próxima, esto solo nos conduce a decisiones incorrectas; el caos trabajado con caos siempre generará más caos, debemos ser conscientes que una decisión tan revolucionaria para nuestras vidas como es el cambio de casa debe tomar su tiempo y anticiparlo para un momento oportuno y preciso que conlleve cosas positivas, no se trata de ser estrictamente metódicos, si no de ser responsables y visionarios sobre nuestro futuro para así obtener los resultados que queremos.
En este sentido; si es nuestro primer cambio de casa, comentarlo antes con nuestros familiares o tutores evitará confusiones posteriores, además de que en gran medida puede nutrir nuestra visión y perspectivas con base en sus experiencias; por otro lado si no es la primera vez que queremos tener un nuevo cambio de casa, discutir la decisión con nuestra pareja o rommie nos mostrará más claramente la balanza de los beneficios y desventajas, finalmente en caso de vivir solo analizar nuestra situación es lo ideal, preguntarnos por qué queremos tomar este cambio, qué beneficios traerá a nuestra vida, qué desventajas y cuáles obstáculos podríamos encontrar en el camino y cuál es el momento adecuando para llevarlo a cabo.
¿Por qué me voy a mudar?
Recordemos que un cambio de casa como la mayoría de las decisiones importantes, da un giro completo a todo lo que hacemos y lo que somos, debemos considerar sus beneficios, sus desventajas y sobre todo no tener miedo al cambio, no tomar jamás una decisión así por el simple hecho de huir, huir nunca ayuda, por el contrario podemos aprovechar esta oportunidad de empezar en una nueva casa para conocernos más a fondo a nosotros mismos, en diferentes situaciones y con diversos retos, tender siempre la evolución y crecimiento en todos los ámbitos de nuestra vida, entonces así sacar el mayor provecho.