Tener miedo al cambio, situaciones desconocidas o a un futuro incierto, son de las cosas más comunes entre aquellos que nos vemos obligados a enfrentar retos esporádicamente.
Sin embargo por muy oscuro que parezca el camino debemos recordar que lo más brillante se encuentra siempre en el fondo.
Es por eso que aquí te daremos algunas estrategias que puedes implementar si estás próximo a enfrentar un cambio que sale de tu límite de control o simplemente te asusta su resultado.
Acepta el cambio
Para comenzar a asimilarlo, debemos recordar algo que con el paso del tiempo hemos olvidado.
El cambio está presente en nuestra vida todo el tiempo.
Tan solo el tiempo permanece en constante evolución, ningún minuto es igual al anterior y ninguna situación es similar a otra de nuestro pasado.
Nuestra toma de decisiones va mejorando o madurando dada nuestra capacidad de aprendizaje; aprendizaje que únicamente se obtiene por el cambio constante que la vida nos va presentando.
¿Entonces por qué tenemos miedo? Una vez aceptando lo anterior la pregunta persiste.
La única respuesta es que el ser humano se ha acostumbrado a vivir bajo la influencia de la ley del menor esfuerzo; esta ley, como su nombre lo indica, sugiere que al igual que la naturaleza, el hombre puede vivir pleno y satisfecho consigo mismo y con sus alrededores, haciendo un esfuerzo mínimo en lo que requiera para obtener lo que le satisfaga.
De esta manera nos acostumbramos a tener un ligero control sobre todo lo que nos rodea, nos acostumbramos y apegamos a nuestra rutina diaria, porque es algo que mínimamente podemos controlar.
Entonces cuando llega un cambio brusco, como suele ser algo que o no planeamos debidamente, o nos tomó por sorpresa o simplemente no sabemos cómo controlar; entramos en un estado de shock y nuestra primera defensa es enfrentarlo con miedo, a sabiendas que esto nunca será una solución.
Es por eso que aceptarlo no cómo algo sin control, sino simplemente como un cambio mayor que tenía que ocurrir nos ayudará a disminuir ese temor y despejando nuestra mente de esta manera, podremos enfrentarlo de de una manera más razonada.
Anticipa el cambio
Una vez mentalizado este nuevo reto como una situación normal y constante en nuestra vida; lo siguiente que debemos hacer para obtener los mejores resultados, es anticiparnos.
Controla todo aquello que en la medida de lo posible puedas controlar antes del gran cambio, de esta manera el proceso será mucho más fácil y el miedo ira desapareciendo, haciendo a su vez, crecer el manifiesto de que puedes lograr con éxito todo aquello que te propones.
Dependiendo si tu cambio representa una mudanza a un nuevo hogar, un nuevo trabajo, un nuevo proyecto, incluso una nueva persona en nuestro circulo personal o social; debemos recaudar todos los puntos desconocidos hasta hacerlos conocidos.
Esto significa reducir todo lo que no sabemos sobre el cambio y sobre cómo afrontarlo.
Puedes pedir ayuda o consejos a amigos o familiares que ya hayan pasado por lo mismo y hayan tenido éxito, ¿qué hicieron antes de mudarse? ¿Cómo planearon mudarse y cómo organizaron los gastos para hacerlo realidad? Investiga en internet, solicita ayuda con personas expertas, ¿cuál fue su peor escenario y cómo lo solucionaron? Entérate de todo lo que te puede ocurrir y de la infinidad de soluciones que existen para cada caso.
Además de lo anterior, Efe Miriam Rocha Díaz, psicóloga clínica y docente del ITEMA en Madrid, nos recuerda tener siempre una actitud positiva ante retos aparentemente difíciles.
Rocha nos dice que una actitud negativa o de temor ante un nuevo cambio limita nuestro campo de visión y de nuevas opciones para afrontarlo.
No se trata de soñar de más e imaginar que al sonreír los problemas se irán, sino de no permitir decaernos por un problema o intimidarnos por situaciones desconocidas.
«Será de gran ayuda adoptar una actitud realista y positiva, entendiendo el cambio como parte de la vida y no como un obstáculo insalvable, en vez de repetirnos a nosotros mismos ideas negativas y anticipaciones catastróficas que nos impedirán analizar adecuadamente la situación y reaccionar ante ella del modo más beneficioso».
Mantente en constante cambio.
Finalmente debes mantener los grandes cambios dentro de tu rutina de vida.
La razón por la que muchas veces le tenemos bastante miedo a cambios tan drásticos en nuestra vida, es porque usualmente nos mantenemos dentro de nuestra zona de confort.
Esto quiere decir que conocemos todo lo que existe a nuestro alrededor y lo conocemos bastante bien, nuestro trabajo, nuestra familia, nuestros amigos, nuestra soledad y cómo somos estando en ella, sabemos exactamente cómo reaccionaría cada circulo en diferentes situaciones y por lo tanto tenemos preparadas algunas soluciones destinadas a adversidades de ese estilo. Problemas pequeños, cambios pequeños.
Sin embargo si poco a poco vamos saliendo de esa zona de confort, la siguiente ocasión en la que nos veamos enfrentando una situación desconocida, ya no nos asustará tanto como la primera vez, pues ya estamos acostumbrados.
Así que comienza a salir de tu zona de confort, puedes comenzar por cosas simples que no haces diariamente; habla con algún extraño en el supermercado, haz una actividad en la que no te consideres tan bueno, propón cosas nuevas en tu trabajo, exígete más, haz cosas que usualmente no ponen incómodo. Aprende a disfrutarlas y a entender que no son imposibles y que no les debes tener miedo, solo debes practicarlas.