Los cambios aunque suelen ser positivos, también representan todo un reto cuando de adaptabilidad hablamos, y qué decir cuando nos referimos a nuestros mejores amigos, nuestras mascotas.
La realidad es que desde aves y reptiles hasta perros y gatos, todos suelen establecerse y acostumbrarse muy fácil a un entorno y a todo lo que hacen dentro de él: a su rutina, a la cobijita con la que duermen, al rinconcito fresco que está en alguna parte de la casa, a la tranquilidad o al ruido de la zona; es por eso que frente a un cambio de casa, nuestros mejores amigos tienden a reservar muchísimo estrés, miedo o ansiedad, los cuales de no ser detectados y tratados a tiempo pueden perjudicar su salud.
Lo mejor que podemos hacer para una transición rápida y divertida a nuestras mascotas, es prevenirlo al cambio; cosas pequeñas harán una gran diferencia además lo acostumbrarán a entender estos procesos como algo normal y simple, recuerda que nuestras mascotas suelen ser más inteligentes de lo que creemos. Antes de la mudanza cambia ligeramente la zona en donde habitualmente come, unos metros de diferencia incluso centímetros, también haz lo mismo con la forma en que está acomodada su casita, su castillo, sus juguetes o la camita donde se recuesta por la tarde, todos estos pequeños cambios, por ridículos que parezcan, ayudarán a nuestras mascotas a asociar el cambio con la idea de que a pesar de todo, su ambiente seguirá siendo el mismo, sus rutinas seguirán siendo las mismas y a entender que tu compañía y tu cariño hacia él seguirán siendo tan grandes como desde el primer día que se conocieron.
Una vez preparado para el cambio, procura que su traslado sea lo más cómodo posible, de preferencia transpórtalo en su casita y dependiendo su carácter decide si es mejor viajar con él o hacer que viaje aislado (algunas mascotas son muy afectivas y al estar solos tienden a decaerse y cohibirse; por el contrario algunos, los más traviesos, se desesperan muy rápido y verte viajando con ellos puede estresarlos y ponerlos ansiosos: ¡Hey! ¡Aquí estoy, por qué no me sacas de aquí y jugamos un rato!) también prepara el viaje con suficiente agua, comida y según sea tu mascota, algo cómodo para recostarse o relajarse en el camino.
¡Evita a toda costa lavar sus objetos personales! Cosas como su frazada, sus juguetes, su pecera o su casita, ya que todos estos artículos guardan olores que nuestras mascotas asocian con su estilo de vida, su hábitat, su territorio. Si queremos que nuestra mascota se adapte fácil y felizmente a la nueva casa, debemos respetar (al menos los primeros días) los olores a los que están acostumbrados, que eventualmente irán cambiando haciendo que también ellos poco a poco los vayan aceptando.
Ya en la nueva casa, prevé el clima al que se pudiera enfrentar; si la zona a dónde tu amigo y tú llegaron suele ser muy fría, recuerda llevar frazadas extra para los primeros días de tu mascota, además a todos los animalitos que viven en este tipo de zonas se le debe incrementar la cantidad de alimento, ya que necesitan más nutrientes para generar más defensas, poder abrigarse mejor del frío y no enfermarse. Debes tener en cuenta que si tu mascota no suele comer mucho o por su raza/especie tienden sufrir problemas cardíacos o de sobrepeso, la nueva ingesta agregada de alimentos puede ser contraproducente para su salud, es por ello que siempre debe ir acompañada con ejercicios adecuados para evitar problemas, largas caminatas por el vecindario o correr un poco con él los fines de semana son acciones pequeñas que hacen que ellos ganen y nosotros ganemos.
Por el contrario, si la zona donde ambos comienzan esta nueva etapa de sus vidas es un poco más calurosa que la antigua, prevé las atenciones extra que debes implementar a tu amiguito. Hidrátalo más y constantemente, durante la descarga de la mudanza no lo dejes en una zona donde el sol sea directo, de preferencia manténlo en lugares frescos, continuamente y dependiendo si lo ves muy agotado o jadeando mucho refresca sus huellitas, la parte trasera de sus orejas, así como debajo de su cola con agua fría, procura que sus paseos sean por la mañana o noche o preferentemente cuando el sol no esté en su máximo punto, tampoco dejes que pase muchas horas en el sol y por las noches no coloques más frazadas de las necesarias.
Con todos estos consejos y manteniendo la misma relación que tenían antes de mudarse, así como los paseos, las rutinas de comida, sueño y juego, tu mascota se adaptará fácilmente a su nueva casa y te acompañará en esta nueva aventura con sus jugueteos y sus berrinches, sus desastres, sus aventuras y con ese carácter y esa esencia que sólo él sabe tener.